que multitudes guarda aún
la carne de la Tierra
en guaridas-cementerios
rojas de vil agonía
furias mudas y viejas
que calló la dis-que historia
cenizas que ni se dejaron
consumir por huestes de gusanos
esperando ser aplacadas
por poetas
poseídos y desesperados
leche ardiente que eruptaba
de volcanes sin lava
rompiendo a la Tierra en gritos
rasgando el cielo infinito
sudores desenfrenados
en noches de vino embrutecidas
que sueñan con ser lavados
en eternas olímpicas orgías
sediciones coleccionadas
en noches de grecia y egipto
en desiertos, montes y ciudades
concretadas en sexuales delitos
hasta que por fín ya
llega el día prometido
la historia la cuentan
los que estuvieron jodidos
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