lunes, diciembre 29, 2014

Fiera domada

El siguiente es un viejo poema que escribí cuando tenía mas o menos 17-18 años ... hace media vida ... y sometí a un certamen literario en el que gané algo, no recuerdo exactamente qué. He llovido. Lo acabo de encontrar en viejas cajas.

Fiera domada

¡Qué camino árido y espinoso!
¡Qué pedregal caliente y caliginoso!
Pues, por el desierto seco y árido
habiendo caminado descalzos,
mis pies son duros y ahuanto;
y si tropiezo, no caigo
porque las alas levanto
y así quedo guindando
entre la risa y el llanto.

Juego de balas al vacío
caen en la nada de mi nada.
Soy como el viento, alegre y frío,
a el toda lanza le resbala
y el le da espacio a los cañones:
¡Tiren sus tiros, piratas!
¡Y que el océano trague
todas sus balas y lanzas!

Que tontos los infantes que no aprenden a vivir,
que se aferran a esperanzas de las que luego han de huír.
A ellos llegan las lanzas que a través de mí pasan
y cuando ellos sollozan, los piratas cantan.

Una majestuosa peña erguida,
una evidencia de los tiempos.
En ella quedan huellas de guerras pasadas
que majestuosamente soportó alargada.
Arroyan tempestades turbulentas
y ella hace al viento fluir a su través
plegando su larga oriflama,
toreando con los retos de su existencia.

Un monstruo rocoso que las edades dejaron erecto,
a su contorno los horrores de un mundo dispar.
Un muro rebelde que a su karma da frente
armado y justiciero, un ángel potestad.

Soy una loca carcajada
que ha domado a la fiera vida.
Si digo: ¡Esfúmate, luto!,
las negras brumas exían.
Si abro mis brazos al mundo,
al gozo doy bienvenida.

Soy travieso, soy un niño
que se vive cada día.
Mi mas grande travesura
es quemar las penas mías
y mientras se consumen
en el fuego de mi ira
acá mis crueles ojos
las miran, las miran, las miran ...