sábado, febrero 22, 2014

Las Dos Venezuelas

Cuando crecía, en esa pantalla al mundo que era el televisor antes del internet aprendí sobre Venezuela por medio de sus telenovelas.

Invariablemente, la Venezuela documentada en las novelas venezolanas parecía ser una sociedad de serias divisiones sociales donde el odio de clases era pan de cada día.  Los ricos (casi invariablemente blanquitos y de carácter comemierda) vivían en mansiones y las mugrosas les limpiaban las mansiones y practicaban la brujería ... porque así es el mundo: los que se sienten impotentes siempre se inventan potencias imaginarias que los ayuden.  Y los pobres en Venezuela eran impotentes, y así era el mundo, y eso era lo normal, y todo estaba bien.

Pero todo no estaba bien.  El chavismo nació en aquella Venezuela que se pintaba con los colores del resto de América Latina que siempre ha sido clasista y cuyas castas, desde que llegaron los europeos, adquirieron narrativas y matices imposibles de separar de los colores de nuestras pieles igualmente latinoamericanas todas.

En Chavez, por fin los pobres tenían un líder, aspiraciones, idealismos y planes que los vindicaban.  El socialismo siempre ha sido criticado de idealista porque siempre lo ha sido, y de ahí surgen con frecuencia los errores de los proyectos socialistas, aún cuando los chavistas tienen la intención buena de mejorar la suerte de los pobres en su país.

Por el otro lado está la oposición.  Aparte de grupos acaudalados vendepatrias que odian el concepto de la igualdad (como se ven en todos los países del hemisferio), también hay elementos de extrema derecha, la mas vocal de las cuales son los venezolanos capitalistas de Miami que, junto a los cubanos capitalistas de Miami se han convertido en un poderoso músculo de la derecha en y fuera de Estados Unidos ... el problema es que como los poderes corporativos de la derecha están tan concentrados en Estados Unidos, esta derecha latinoamericana suele apestar a vendepatria.

Es interesante comparar la histeria mediática que surge de los canales hispanos de Miami cuando se habla de Chavez y Maduro (donde con frecuencia se le da voz a los elementos mas extremos de la derecha venezolana y cubana) versus el sobrio análisis que surge de los canales, digamos, de Argentina, donde hay mucha mas solidaridad con los movimientos populistas de toda América.

Es poca o ninguna la atención que recibe el cartel norteamericano del petróleo, tan poderoso que ha llevado a EU a guerras que han durado generaciones con tal de lucrarse, y sus intereses obvios en quitarle el petróleo a los venezolanos.  Alguien tiene que mencionar el peligro que representa este tiburón en las aguas del Caribe.

Si nos preguntamos, ¿Porque no se habla con mas franqueza de este elemento insidioso en el capitalismo de nuestro hemisferio? ... pues basta con mirar los comerciales para entender quien auspicia los noticieros: comerciales de carros, de gasolina ... esos mismos.

Otro punto de gran importancia: las personas que critican la referencia de Maduro y su régimen al fascismo en Venezuela como un intento de deshumanizar a sus opositores, no deben olvidar que con frecuencia cuando proyectos de izquierda fracasan, el péndulo político gira peligrosamente hacia la extrema derecha: esto pasó en Italia bajo Musolini.

Si el proyecto revolucionario bolivariano falla, Venezuela podría verse plagada por una forma de fascismo neoliberal, un derechismo extremo y violento, y la polarización que existe en el país parece indicar que se está de hecho cuajando ese elemento, lo cual no solo sería devastador socialmente sino que desperdiciaría todas las posibilidades democráticas que ha creado la revolución y vendería la patria (y el petróleo) de nuevo a intereses privados (porque, como dijo Mussolini, el fascismo es corporatismo, es corporatocracia).  Todos estos esfuerzos de una generación entera para crear una sociedad venezolana mas horizontal se desperdiciarían.

Hago todas estas observaciones con la intención de que se ponderen, no para darle toda la razón a Nicolás Maduro.  Es importante, sobre todo si estamos bajo el efecto hipnótico de Univisión y los demás "canales de Miami", que consideremos estas perspectivas.

Nadie tiene toda la razón.  La verdad, como siempre, se encuentra en el medio.  Maduro ha cometido errores, y seguro que también Chavez, pero ambos fueron democráticamente electos con agendas aprobadas por el pueblo.  Ninguno de los dos ha sido un dictador, pero quizá han militarizado demasiado el país (... en respuesta a la violencia en las calles).

Por el otro lado, aunque muchos de los reclamos de la oposición (como mayor seguridad) son legítimos, el llamado a desmantelar los logros hasta ahora de la revolución, que a tanta gente pobre ha dado la posibilidad de mobilidad económica por primera vez en la historia venezolana no son justificables bajo ningún concepto.  Venezuela ya no quiere que los grupos elitistas perpetúen sus guerras y divisiones de clases: quiere democratizarse, crear espacios mas horizontales, así que acomódense los engriados.

La violencia en Venezuela no es otra cosa que violencia de clases sociales que siempre se han odiado, y siempre de manera pública.  Esto nunca ha sido secreto.  Las novelas, aunque son ficción, no dejan de servir de espejo de una sociedad igual que las niñas, cuando juegan con muñecas y hacen que sus muñecas actúen como actúan las mujeres de su sociedad.

Me interesó escribir esto, primeramente, en solidaridad con el proceso de revolución social-democrática en la hermana nación y en toda Latinoamérica, y segundo porque leí la respuesta del venerado cantautor panameño Rubén Blades al presidente de Venezuela que incluye mención de una obra de Vladimir Lenin titulada La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo de Lenin.  Y leí parte de esta obra.  Y siempre ha sido y seré izquierdista, pero el materialismo epicureano me ha enseñado que los idealismos, por ser idealistas, nos divorcian de la realidad material, del contexto, y nos llevan (con frecuencia contra nuestras mejores intenciones) a cometer severos errores de juicio y acto.  Nos llevan a generar sufrimiento innecesario, mal guiados por la idea y no por la naturaleza.  Es la naturaleza la que debe ser estudiada, y servir de punto de partida, si somos prudentes.

Blades es autor, apropiadamente, de Buscando América y Tiburón.  Lean las letras de estas canciones y entenderán porque es casi un profeta, un verdadero americano en el sentido grande de la palabra que tiene las mas sanas intenciones en su pecho y que trasciende fácilmente las quizá inmaduras paranoias de Nicolás Maduro.

Al hacer referencia a los errores de los socialismos previos, Blades quizá falla en reconocer que el socialismo venezolano, que se vende como del siglo 21, ya ha aprendido mucho de los errores de los socialismos previos ... pero acerta en afirmar que ahora le toca a este socialismo del siglo 21 aprender de sus propios errores y es ahí que Maduro queda cabeziduro.

Digo todo esto sabiendo que Blades no consideraría infantil mi izquierdismo y el de muchos en la izquierda, a pesar de su referencia a Lenin.  Espero que el entienda que los errores del izquierdismo no son menos peligrosos y deshumanizantes que los de la derecha, con su esclavitud salarial y sus guerras marionetas de inversionistas militares y petroleros.  La perspectiva izquierdista alguien la tiene que dar.

Venezuela, hoy tienes mi corazón y mi solidaridad.  Espero que un día tus sueños se materializen.

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