viernes, marzo 16, 2007

El Cristo desencarnado

Lloviznaba afuera.
La ciudad dormitaba.
La que ayer encendida
carnavales cuajaba
hoy el sueño arrulla
sus calles decepcionadas.
Ya no hay baile y trulla,
solo cabezas bajas.

Si ayer era mardi gras
hoy es temperada cuaresma.
Las máscaras y las plumas,
diversiones pasajeras.
Se pone el sol de vida,
se acuesta en el oeste
y lloran las Marías
por el Cristo que fallece.

Cristo desencarnado
que no tienes ya piel,
que no tienes ya líbido
ni lunas de miel,
que no tienes ya sexo,
que has dejado tu cuerpo,
¿como me entiendes?
¿como te endiendo?

Si tu Dios es Dios de vivos,
¿porque te hallas muerto?

Ya tus ojos sin vida
no me pueden mirar.
Ya no siento empatía
si tengo que llorar.
No me siento tocado
si necesito afecto,
si me siento cansado
a tus plantas no llego.

Santo Cristo sin carne,
¿como te voy a amar?
Si la carne es la vida,
no te puedo abrazar.
Los mortales te aclaman
como su salvador
pero inertes maderos
no consuelan mi dolor.

Cristo, ¿porque no vuelves
a esta Tierra este año
y denuncias los crueles
juicios de tu rebaño?
¿Porque no alzas la voz
cuando nos arrastra el odio
por las aceras duras
de tus templos de oprobio?

No parece bastar
la carne de millones
para ver que sentimos
y mirar al que llore
y abrazar al que viene
con sus cargas pesado.
Fue una mala idea
que hayas desencarnado.

Haces falta en las casas
donde leyes se aprueban.
Haces falta en las lenguas
de las chismosas viejas.
Haces falta en el pecho
de tus rígidas devotas
que en el templo te adoran
y de sus casas te botan.

¿Como voy a creer
que soy parte de tu cuerpo
si cuando me crucifican
no me adoran los pueblos
ni proclaman mi nombre
por todos los templos?
¡Ayer clavaron al pato
y hoy se alzó resurrecto!

He escondido mi cara
de la odiosa presencia
de los que me declaran
digno de que fallezca.
No los quiero querer
ni quiero que me quieran,
son vulgares serpientes
y mentirosas fieras.

Cristo, ¿de que nos vale
celebrar tu cuaresma
y recordar que encarnaste
si con carne se peca?
Las mentiras de Pablo
sobre las masas pesan
y oscuras han robado
hasta nuestra decencia.

Hoy odiarme es privilegio
y amarnos es malo,
los que me dan la mano
son desmoralizados
por amar a los patos.
Yo te quiero encarnado.
Dale mas buenas nuevas
a tus perros avaros.

Ven, Cristo. Si vinieras
como Kalki o Shri Krishna,
no olvides que llevamos
esta cruz a esta cima
por los Calvarios prestos
de las lenguas vecinas
que son látigos fieros
en espaldas laceradas
que no han visto el reposo
y que te encarnan cansadas.

Cristo, si tu encarnaras,
¿a quien vas a besar?
¿En que labios rosados
vas a depositar
tus dulzuras y encantos
ante la faz del mundo?
¿Los de una mujer fina
o los de un hombre rudo?

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