El ejército comunista de China masacró aproximadamente 1.2 millones de tibetanos y tomó sus tierras como botín de guerra.
La única tierra que los tibetanos han tenido, la que consideran sagrada, les fue tomada y su líder fue exiliado en peligro de muerte. Esta tierra está ahora siendo prostituída por la industria turística china.
Las tradiciones religiosas y culturales de los tibetanos nativos están siendo sistemáticamente desmanteladas por los chinos a favor de la cultura china.
No hay democracia ni libertad de expresión para los tibetanos en su propia tierra hoy. No es permitido sentir orgullo por la cultura tibetana. Quien se atreva a insinuar la idea de la independencia tibetana puede ser torturado, puesto en prisión o asesinado por el estado. El gobierno censura los sitions del web que accesan los ciudadanos chinos, y solo permite que accesen propaganda anti-tibetana del gobierno.
A pesar de todo esto, y mientras su nación sufre, el gobierno chino constantemente levanta falsas acusaciones contra Su Santidad el Dalai Lama, quien nunca ha comprometido su doctrina budista de la no-violencia, y aún invita en vano al diálogo en lugar de la violencia.
En los países democráticos, en lugares donde la soberanía de un territorio es cuestionada (como en Québec o Puerto Rico), se celebran periódicamente plebiscitos para permitir que el pueblo use este recurso que nos da la democracia para decidir nuestros destinos colectivos. Sería ético, apropiado y justo que el gobierno chino permita a los tibetanos elegir, por medio de un plebiscito, si quieren o no ser chinos.
BOICOTEE A CHINA
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